Por Wilfredo Cancio Isla
El BNP Paribas, la mayor entidad bancaria de Francia, canceló su presencia en La Habana en medio de una investigación emprendida por las autoridades estadounidenses por presuntas transacciones que violaron la prohibición de hacer negocios con Cuba, Irán y Sudán.
Una resolución aparecida en la Gaceta Oficial, firmada por el ministro-presidente del Banco Central de Cuba (BCC), Ernesto Medina Villaveirán, el pasado noviembre, informó de la petición del Banque Nationale de París (BNP) de cancelar su licencia de representación, vigente desde octubre de 1999.
El BNP Paribas figuraba entre los 11 bancos extranjeros con representación en la isla para realizar operaciones con empresas estatales, firmas de capital mixto y el BCC. Otra importante institución francesa, Société Générale, mantiene su licencia para funcionar en territorio cubano.
La salida del BNP Paribas de Cuba -considerado como el cuarto mayor banco del mundo- no ha sido reportada por la prensa internacional. Tampoco los medios oficiales cubanos han mencionado el caso.
Contactado por Diario las Américas, Pascal Hénisse, portavoz de la institución en París, declinó comentar los motivos de la decisión.
Investigación en marcha
Sin embargo, el pasado 13 de febrero, al dar a conocer sus ganancias anuales, el BNP Paribas anunció que tiene reservados $1,100 millones de dólares para encarar posibles multas por negociar con compañías y ciudadanos de países que Estados Unidos tiene en su lista de patrocinadores del terrorismo. La institución reveló que sus ingresos netos del 2013 -previstos por los expertos en unos $1,300 millones de dólares- cayeron un 26 por ciento.
Un comunicado de la entidad francesa, emitido la pasada semana, admitió la investigación en marcha, que involucra al Departamento de Justicia, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal, así como la fiscalía del Distrito de Manhattan en Nueva York, donde radica la sede estadounidense de BNP Paribas.
“Hemos conducido una revisión retrospectiva interna de ciertos pagos en dólares que implican a los países, las personas y entidades que podrían haber sido objeto de sanciones económicas en virtud de las leyes de Estados Unidos”, indicó el comunicado de BNP Paribas. “Hemos identificado un volumen significativo de transacciones que podrían considerarse inadmisibles”.
Los representantes del banco francés se negaron a identificar los países involucrados en la investigación, pero la cancelación de su presencia en La Habana es un indicio de que Cuba está entre ellos.
Un canal que se cierra
El BNP Paribas dijo que está cooperando con la pesquisa de las autoridades estadounidenses.
La suspensión de su presencia en La Habana añade mayores dificultades a las operaciones financieras del gobierno cubano a nivel internacional.
“Es un canal financiero que Cuba ya no tendrá disponible y por el que fluían parte de sus transacciones de su comercio exterior”, comentó el economista Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group, con sede en Miami.
Morales recordó que los bancos franceses han sido clave en las acciones financieras de Cuba para eludir las restricciones del embargo, sobre todo en sus ventas de tabaco y ron en Europa.
Es el segundo banco internacional radicado en La Habana que solicita cancelar su representación ante el BCC. En octubre del 2013, una resolución del BCC dio a conocer que el representante del Banco Sabadell S.A. de España solicitó la cancelación de la licencia de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, en vigor desde 2003. Banco Sabadell había adquirido la Caja de Ahorros del Mediterráneo en el 2011 como parte de un proceso de reestructuración que obligó a la intervención del Banco de España.
No se dieron motivos para la salida de la representación de Sabadell de Cuba.
Cerco financiero
El gobierno cubano se ha quejado en los foros internacionales sobre el cerco financiero tendido por el embargo, alegando incluso que la administración de Barack Obama lo ha recrudecido.
El caso de BNP Paribas constituye el más reciente escrutinio de las autoridades estadounidenses sobre consorcios financieros internacionales que han tenido nexos con Cuba y otros países de la lista negra del Departamento de Estado.
A finales del 2013, reguladores del Departamento del Tesoro impusieron una penalidad de $100 millones de dólares al Royal Bank of Scotland (RBS) por violar las sanciones contra Cuba, Irán, Sudán, Birmania y Cuba.
En diciembre de 2012, el conglomerado HSBC tuvo que pagar unos $1,920 millones para evitar un proceso judicial por presuntas violaciones de los requerimientos fijados por la Ley de Secreto Bancario (BSA) y las sanciones vigentes en Estados Unidos, en las que se vio involucrada la filial neoyorquina de la entidad bajo sospecha de conducir transacciones ilegales para clientes como Cuba.
Ese mismo año el ING Bank acordó pagar una multa de $619 millones de dólares para resolver las acusaciones por violar el embargo contra Cuba y las sanciones impuestas a Irán, Sudán, Birmania y Libia.
También han sido multados por razones similares en los últimos cinco años, el JPMorgan Chase y el Credit Suisse Bank.
*Publicado en Diario las Américas